El contexto histórico de la obra se encuentra en el siglo XIX, considerado el siglo de la industrialización o de las máquinas; en el desarrollo de este proceso el ferrocarril fue determinante.

La primera línea férrea en el mundo fue construida en 1825 en Inglaterra y, posteriormente, la infraestructura ferroviaria apareció en otros países industrializados de Europa, al igual que en Estados Unidos. Para países con gran extensión territorial y escasos medios de transporte, como México, el ferrocarril simbolizaba un paso importante para el desarrollo de la nación.

En México, el 1 de enero de 1873, el presidente de la República, Sebastián Lerdo de Tejada, inauguró la primera línea férrea del país, la cual recibió el nombre de Ferrocarril Mexicano de Veracruz, que recorría un total de 423.62 kilómetros y tenía estaciones en Veracruz, Puebla, Tlaxcala, Hidalgo, Estado de México y Ciudad de México.

Esta ruta no solo fue referente de la transformación económica y social, además de significar un cambio en la circulación a lo largo del país, también fue una fuente de inspiración para el ámbito cultural y las manifestaciones artísticas en México. Muestra de ello es la obra exhibida ante ti, la cual se publicó en 1877 por el establecimiento litográfico de Victor Debray y Cía. Editores, el Álbum del Ferrocarril Mexicano.

El álbum contiene una crónica de viaje redactada a manera de informe técnico por Antonio García Cubas, considerado como el primer geógrafo mexicano y un gran cartógrafo. El relato, traducido a inglés y francés, recupera a detalle cada uno de los tramos, puntos de parada, condiciones naturales y detalles técnicos de las zonas que recorre la línea del Ferrocarril Mexicano.

El texto se acompaña por una serie de 24 láminas de vistas pintadas al natural por el afamado cronista gráfico y paisajista Casimiro Castro, las cuales fueron adaptadas a la técnica de cromolitografía por parte del artista A. Sigogne. En la reproducción de la lámina número XV puedes observar el pintoresco paisaje de la estación de Orizaba: el edificio de la estación, los almacenes y talleres de trenes, los vagones en su labor de carga, los rieles, el movimiento de la población y, al fondo, el cerro de Escamela.

El libro se completa con un plano orográfico y efemérides que, de manera cronológica, resaltan los datos más significativos en cuanto a la construcción del ferrocarril, desde que comenzó la obra hasta que se inauguró la línea por completo.

Los elementos con los que cuenta este álbum son el testimonio documental no solamente de un suceso tan importante como la historia de la primera línea de ferrocarril en México, sino también de las improntas del arte pictórico y literario realizadas por grandes personajes de la pintura, el arte y la ciencia en nuestro país.

Para inaugurar la instalación de la pieza de septiembre, estudiantes de la Licenciatura en Enfermería y Obstetricia de la Universidad Nacional Autónoma de México visitaron el AGN. Las y los estudiantes pudieron escuchar sobre las características de la pieza, su relevancia en el registro de la expansión del ferrocarril y la notabilidad de sus litografías.

Reserva un recorrido guiado al Archivo General de la Nación y visita nuestros espacios expositivos, incluyendo la vitrina de Maravillas de la Historia:

https://reservacioneseducativas.agn.gob.mx/

Fuentes consultadas:

Roman, Julia, Historia de los Ferrocarriles en México, Ciudad de México, Anales, tomo VIII, época 51, Museo Nacional De Arqueología, Historia y Etnografía.

El Álbum del Ferrocarril Mexicano: una obra sobre la expansión del ferrocarril en México en Maravillas de la Historia