Tras el final de la Segunda Guerra Mundial se levantó un telón de acero entre las dos potencias mundiales: la Unión Soviética y los Estados Unidos. La primera encabezó el movimiento internacional comunista, de modo imperfecto y contradictorio, mientras que la segunda, entre otras cosas, enarboló la defensa del sistema capitalista y de regímenes anticomunistas, muchas veces de manera abierta, lo que incluyó a los gobiernos e ideologías conservadoras o de derecha. En el ámbito internacional, este enfrentamiento fue conocido como la Guerra Fría, un combate no declarado abiertamente entre las potencias que se desarrolló a través de acciones indirectas en los llamados países satélites o en la periferia en disputa.

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Los choques ideológicos entre el comunismo y las corrientes conservadoras anticomunistas no sólo se presentaron en los campos de batalla que dividieron naciones y pueblos, también en los espacios académicos y centros de conocimiento en una disputa por las conciencias de las personas. Las juventudes no fueron ajenas a esta realidad y enfrentaron el reto de discernir entre distintas posturas ideológicas. Esta situación fue aprovechada por diversos gobiernos para polarizar espacios y formar grupos de choque entre las nuevas generaciones.

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Nuestro país no fue ajeno a esta situación, sobre todo por su cercanía a Estados Unidos. Si bien las agrupaciones comunistas habían surgido en México desde 1919 con la fundación del Partido Comunista Mexicano, pronto tuvieron que enfrentarse en la calle y con la palabra a la consolidación en el poder de la facción triunfante de la lucha armada y la utilización que hacían de la ideología nacionalista revolucionaria. Esto se expresó en un discurso oficial en torno a cuestiones como la atención a las demandas obreras y campesinas, su control y disputa por el poder a través de un partido y, años más tarde, el dominio sobre la sociedad con el corporativismo. Al arrogarse el carácter revolucionario, se negó la participación de toda ideología antagónica en la vida política de México, con una gran excepción en el periodo de Lázaro Cárdenas del Río.  

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El anticomunismo que se comenzó a vivir en México, mismo que se acentuó desde la década de 1940, no se presentó únicamente desde las entrañas del gobierno mexicano, el cual comenzó a colaborar con las autoridades norteamericanas, entre ellas la CIA, para aplastar el comunismo en nuestro país. También se generó dentro de otros espacios, en especial aquellos de carácter privado, entre los cuales se encontraban las clases que veían enfrentados sus intereses económicos y políticos con los de la mayoría.

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Uno de los casos más sonados fue el del movimiento anticomunista que se desarrolló en Jalisco dentro de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG). Este espacio universitario privado surgió como parte del movimiento conservador clerical que se oponía a la reforma educativa del gobierno de Lázaro Cárdenas del Río y que buscó establecer una educación socialista que, entre otras cosas, contribuyera a combatir todo fanatismo y prejuicio.

En la UAG se formó el grupo denominado Tecos, integrado por exalumnos católicos y extremistas que simpatizaban con la visión de mundo nacionalsocialista (nazi) y el movimiento fascista, el cual impulsó el Frente Universitario Anticomunista.

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Como parte del extremismo del Frente se promovieron ataques directos contra los miembros de la Universidad de Guadalajara (UdeG), en donde circulaban ideas liberales y de izquierda. Esta rivalidad fue causa de algunos encontronazos como aconteció en enero de 1950.

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El choque inició a raíz de la publicación del periódico El Chile, el cual retomaba las ideas de Benito Juárez en torno al combate en la prensa y que en su primera nota editorial se declaró anticlerical y defensor del Estado laico. Aunque tal periódico no se declaró comunista, varios de los alumnos de la UAG la asociaron con el comunismo por sus ideas progresistas, pues el diario se imprimía en el despacho de Luis Vázquez Correa, profesor de la Escuela Preparatoria de Jalisco integrada a la UdeG.

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La mañana del 18 de enero de aquel año, cerca de dos mil alumnos de la UAG y de otros colegios simpatizantes con el clero se reunieron en el templo del Carmen. Una vez calentados los ánimos, se dirigieron al despacho de Luis Vázquez Correa para destruir la imprenta que producía El Chile. No conformes con eso, los grupos extremistas siguieron su camino hacia la sede de la UdeG con la clara intención de atacar a su alumnado, que se defendió a toda costa. El saldo de este primer encuentro dejó cerca de 25 lesionados.

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Los agresores no fueron detenidos por las autoridades, las que se mantuvieron observando el encontronazo. Así, como era de esperarse, los universitarios de la UdeG no se quedaron con los brazos cruzados al quedar impunes los ataques. Por tal motivo, marcharon a la UAG para pagar con la misma moneda.

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A pesar de que las agresiones habían sido iniciadas por la intolerancia a la prensa libre e independiente de los miembros de la UAG, estos grupos extremistas de derecha dentro de los colegios fueron tolerados. Por el contrario, los grupos de izquierda, entre ellos los comunistas, fueron perseguidos por parte de una estructura que operó desde el Estado mexicano por varias décadas.

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Procedencia del relato:

AGN, México Contemporáneo, Archivos Presidenciales, Miguel Alemán Valdés, caja 804, exp. 703.4.508.

Procedencia de las fotografías: 

  • AGN, Archivos Fotográficos, Colección Díaz, Delgado y García, caja 30/1.
  • AGN, México Contemporáneo, Archivos Presidenciales, Miguel Alemán Valdés, caja 804, exp. 703.4.508.
  • AGN, México Contemporáneo, Archivos Presidenciales, Miguel Alemán Valdés, caja 804, exp. 703.4.508.
  • AGN, México Contemporáneo, Archivos Presidenciales, Miguel Alemán Valdés, caja 804, exp. 703.4.508.
  • AGN, México Contemporáneo, Archivos Presidenciales, Miguel Alemán Valdés, caja 804, exp. 703.4.508.
  • AGN, México Contemporáneo, Archivos Presidenciales, Miguel Alemán Valdés, caja 804, exp. 703.4.508.
  • AGN, México Contemporáneo, Archivos Presidenciales, Miguel Alemán Valdés, caja 804, exp. 703.4.508.
  • AGN, Archivos Fotográficos, Colección Díaz, Delgado y García, caja 54/22.

 

 

Anticomunismo y extrema derecha en las universidades jaliscienses en 1950