En el siglo XVII la industria textil europea logró obtener una gran producción, lo que ocasionó la saturación de sus mercados. Por este motivo, los países decidieron exportar las mercancías a sus colonias, en donde comenzaron a organizar la producción y a desplazar a productores locales. Así sucedió en Santa Ana Chiautempan, un poblado ubicado en la jurisdicción de Tlaxcala cuya principal fuente de ingresos era la producción de telas, la cual se volvió casi nula hacia 1674 debido al cierre masivo de obrajes derivado de la llegada de los textiles europeos, hecho que llevó a la región a la pobreza.

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El señor León de Alzt fue testigo de esta situación, pues se encontraba en dicho poblado por órdenes del señor fiscal de la hacienda pública novohispana para notificarles a los dueños de tierras, ingenios, trapiches y obrajes que presentaran ante el supremo gobierno los títulos y permisos de estos espacios. De Alzt quedó impresionado al ver las pésimas condiciones en las que trabajaban mujeres y hombres que, acompañados por sus hijos, se dedicaban al hilado en el ministerio de paños para poderse sustentar.

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Condolido por lo que había visto, León de Alzt se dirigió al señor fiscal para informarle lo sucedido con la esperanza de que se apiadara de la miseria en la que vivía el poblado y les diera alguna ayuda, pues con la llegada de los textiles importados de Europa al territorio novohispano, muchas casas de obraje perdieron licencias para la producción de telas y lana debido al alto cobro de impuestos que se había establecido. Esta situación propició que muchos de los obrajes pasaran a manos de Miguel de Porras, el juez receptor designado por el gobierno virreinal para encargarse de recolectar las cuotas de los establecimientos dedicados a los tejidos de telas.

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Fue así como de los 33 obrajes que en algún momento existieron dentro del pueblo, solo quedaron aproximadamente cinco. Estos estaban en pésimas condiciones y carecían de insumos para trabajar por los precios tan altos del material, lo que provocó la elaboración de tejidos de baja calidad de los cuales no se obtenía ganancia alguna, ya que todos los materiales utilizados para la producción llegaban en calidad de fiados y el pago de la licencia para poder elaborar estos productos era a crédito.

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Al final, estas adversidades se vieron reflejadas en la pobreza que azotó al pueblo. Los principales afectados fueron los indios, pues al no poseer tierras en donde establecer obrajes, se tenían que dedicar a hacer pequeños huipiles y frazadas con los pocos instrumentos obtenidos en el ministerio de paños. Sin embargo, el difícil acceso a los materiales también llevó a que otros pobladores cayeran en la vagancia y la ociosidad, debido a que el hilado era el único oficio que sabían ejecutar.

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Referencia: AGN, Instituciones Coloniales, Tributos, vol. 42, exp. 8.

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*Las imágenes utilizadas para ilustrar el presente relato son una interpretación libre realizada por la subdirección de difusión del AGN y no pretenden representar con exactitud los hechos ni escenarios de la época.*

La crisis textil que llevó al pueblo de Santa Ana Chiautempan a la pobreza