Más allá de la reconocida figura de Frida Kahlo en la historia del arte mexicano como pintora, y el emblemático impacto que dejó su obra artística en la cultura nacional, otra faceta que muy pocos conocen es su incursión en el mundo de la docencia. Por ese medio logró transmitir a nuevas generaciones de artistas los principios de la pintura como una expresión pública destinada a la enseñanza del pueblo.  

Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón nació el 6 de julio de 1907 en Coyoacán, Ciudad de México, dentro de una familia de clase acomodada conformada por su padre Guillermo Kahlo, fotógrafo de ascendencia húngaro-alemana, y su madre Matilde Calderón y González, originaria de Oaxaca.  La artista encontró un refugio en la pintura   cuando a la edad de 18 años sufrió un accidente que la hizo pasar un largo periodo en cama. En el lapso de recuperación comenzó a desarrollar sus habilidades para pintar realizando autorretratos, pasatiempo que terminó por volverse parte esencial de su vida.

Al mismo tiempo en que Frida seguía consolidando su obra, también surgió su inquietud por incursionar en el ámbito de la docencia. Por este motivo, en 1929 fue dada de alta dentro de la Secretaría de Educación Pública (SEP) como profesora de adiestramiento de la sección de dibujo y trabajos manuales, por parte del departamento de Bellas Artes, como se puede constatar en el documento que exhibido.

En el contrato se observa que Frida Kahlo tomó protesta como profesora el 1 de junio de 1929, registrada como la docente número 69 con una remuneración de 3 pesos.  Sobre el costado izquierdo se puede observar la leyenda “Frida Kahlo Calderón. Recibí la circular. 29 años”, y por debajo su firma. Nuevamente, en la parte baja del documento, resalta su firma y su domicilio escritos en los espacios correspondientes.

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Esta primera experiencia como profesora duró solamente unos meses, pues ese mismo año contrajo matrimonio con el muralista Diego Rivera y se trasladó hacia la ciudad de Cuernavaca, donde el artista tenía el encargo de pintar una serie de murales. Derivado de esta situación sus labores magisteriales se vieron interrumpidas y la Secretaría de Educación Pública emitió su cese a los seis meses por no haber reanudado sus labores.

Sin embargo, dentro del mismo expediente donde se ubica este documento se encuentra otro donde se muestra que en 1943 obtuvo un nombramiento como profesora en la Escuela de Artes Plásticas con 12 horas semanales, impartiendo enseñanzas de artes plásticas nivel “C”. En esa institución instruyó a pintores como Arturo Estrada, Arturo García Bustos, Guillermo Monroy y Fanny Rabel, quienes por ser los alumnos más cercanos a Frida recibieron el mote de “Los Fridos”.

Debido a los problemas de salud que arrastraba desde su niñez, aunado al accidente que había sufrido en su adolescencia, Frida comenzó a ver mermado su estado físico, motivo por el cual a partir de 1944 redujo sus horarios de enseñanza y propuso a sus alumnos continuar con las clases en su domicilio, hoy conocido como la Casa Azul, Museo Frida Kahlo. Finalmente, su labor como docente se vio interrumpida definitivamente   cuando en 1950 ingresó al Hospital Inglés donde le realizaron diversas cirugías en la columna vertebral, manteniéndola en silla de ruedas hasta el día de su muerte, el 13 de julio de 1954.

La emblemática obra pictórica de Frida Kahlo es uno de sus legados al arte mexicano del siglo XX. Asimismo, su incursión dentro de la docencia   es otra de sus aportaciones a México, pues contribuyó a la formación de diversos pintores.

Para inaugurar la nueva pieza documental y realizar un simbólico corte de listón, se invitó a un grupo de estudiantes de Historia de la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México, quienes se mostraron emocionados de contemplar un documento original del acervo del AGN, además de conocer la peculiar y poca conocida etapa de maestra de Frida Kahlo.

 

Un documento de la reconocida pintora Frida Kahlo en la vitrina de Maravillas de la Historia